RESUMEN YO
ARGUMENTO CAPITULO 1
CAROLINA REYNOSO CLAS
Padilla Constanza,
“Yo Argumento”: Taller de practicas de comprensión y producción de textos
argumentativos, Córdoba, 2011, pp. 19-34
La capacidad de
argumentar nos caracteriza como seres racionales. Así, desde el momento en que
conseguimos dar razones explícitas (argumentos) de nuestras afirmaciones (tesis
o puntos de vista) a los otros, iniciamos el camino de la razón dialógica
(Maliandi, 1997) que va a atravesarnos durante toda nuestra vida. Pero aun así,
como veremos, no podremos anular a los interlocutores virtuales (los otros,
nuestro alter ego...) que constantemente desafiarán nuestras certezas,
cuestionarán nuestras creencias, desestabilizarán nuestras opiniones, lo que
nos llevará a buscar razones; es decir, no sólo a buscar sentido a las ideas, a
los hechos y a los comportamientos de nuestras vidas, sino fundamentalmente a
buscar motivos para pensar o para actuar de determinada manera.
Situación
argumentativa:
Contexto- Interlocutor
(intenciones)- Objeto de discusión -interlocutor (intenciones)
I.I APORTES DE LA
FILOSOFÍA: GRADOS DE CONVERGENCIA CRÍTICA
En relación con las
intenciones, el destacado filósofo argentino, Ricardo Maliandi (1997), plantea la
idea de que la dimensión esencialmente dialógica de la razón involucra una
postura crítica, tanto ante los propios puntos de vista como ante los de otros,
lo que a la vez pone de manifiesto otro concepto que se deriva de lo crítico,
el concepto de conflictividad. Esto le permite plantear tres posturas distintas
en un discurso argumentativo, correspondientes a tres grados ascendentes de lo
que él denomina convergencia crítica.
Postura
estratégica: perspectiva
egocéntrica consciente, no consciente o semiconsciente, la argumentación es
persuasiva, retórica y apunta a forzar la opinión del destinatario, imponer su
propio punto de vista o refutar el contrario.
Postura
comunicativa divergente: egocentrismo,
tiende a la resolución del desacuerdo, el acuerdo favorecerá la opinión propia.
Postura
comunicativa convergente: el
interlocutor aparece como co-operador ambos establecen una alianza para
enfrentar y resolver un problema.
Falacias, Maliandi
(1997: 177-179) apela a una analogía muy ilustrativa entre los seres humanos,
-en tanto pseudo-argumentadores- y algunas criaturas de nuestro vecino reino
animal.
Modo
pseudoargumentativo defensivo: la liebre Se escabulle eludiendo la confrontación de puntos de vista, deslizándose
velozmente a perspectivas distintas. Modo pseudoargumentativo defensivo: el erizo
Levanta una pared (las “púas argumentativas”) para que nadie se le acerque e
intente desafiar sus puntos de vista. Modo pseudoargumentativo ofensivo: el
tigre Predador que ve en el interlocutor una presa a quien hay que devorar
implacablemente, por lo cual el tema de discusión pasa a segundo plano.
Modo
pseudoargumentativo ofensivo: la araña Variante ofensiva más sutil que “envuelve” al oponente con su retórica,
a través de una mezcla de argumentos lícitos y falacias bien disimuladas,
matizados con citas y proverbios.
1.2 APORTES DEL
PENSAMIENTO CRÍTICO
Aquí vamos a ver como
abordan el campo de la argumentación, algunos aportes de la psicología
cognitiva y de la pedagogía, que ayudan a reflexionar acerca de la complejidad
del hecho argumentativo que sobrepasa lo estrictamente lingüístico.
Evolución desde una
perspectiva monológica, que pone el acento en el sujeto que evalúa la validez
de su propia argumentación o de la ajena, hacia una perspectiva dialógica y
dialéctica visiones de mundo, se desarrollan sobre la base de estándares o
principios universales, hacia una visión intersubjetiva, que plantea, por una
parte, el debate entre habilidades generalizables vs. habilidades específicas
de dominio. Evolución desde una concepción atomicista y taxonómica de las
microhabilidades implicadas comparar perspectivas, interpretaciones, teorías;
refinar generalizaciones, desarrollar una perspectiva propia, plantea la
necesidad de integrar en el concepto de pensamiento crítico, virtudes
intelectuales que transforman el pensamiento egocéntrico y parcial en un
pensamiento amplio e imparcial.
L A S V IR T U D E S
IN T E L E C T U A L E S
En esta parte Quino
nos hace la representación de diferentes conceptos con diferentes diálogos
entre Felipe y Mafalda. Los aportes considerados permiten reflexionar
sobre la argumentación desde una perspectiva más amplia, enriqueciendo la
visión estrictamente lingüística.
Independencia
intelectual: disposición y compromiso para el pensamiento
autónomo.
Curiosidad
intelectual: disposición para
preguntarse acerca del mundo y buscar explicaciones a las discrepancias.
Coraje
intelectual: conciencia de la necesidad de reflexionar
imparcialmente sobre puntos de vista hacia los cuales tenemos fuertes emociones
negativas.
Humildad
intelectual: advertencia
acerca de los límites de nuestro conocimiento, que se traduce en la voluntad de
reconocer lo que no sabemos y nos habilita a considerar posturas distintas a
las nuestras.
Empatía
intelectual: ponernos
imaginativamente en el lugar de los demás para intentar entender sus puntos de
vista.
Integridad
intelectual: reconocimiento
de las necesidades de ser veraces y consistentes; exigirnos la misma
rigurosidad y prueba que pedimos a nuestros antagonistas; practicar lo que
defendemos; admitir honestamente las discrepancias entre nuestros pensamientos
y acciones.
Confianza en la
razón: confianza en que
aprenderemos a pensar por nosotros mismos y a encontrar soluciones a partir del
diálogo y de razones dirimidas en la interacción.
Imparcialidad: conciencia de la necesidad de considerar todos
los puntos de vista sobre un problema, prescindiendo de intereses sectarios
1-3 APORTES DE LAS
TEORÍAS DE LA ARGUMENTACIÓN
Los estudios sobre la
argumentación se remontan a la antigüedad clásica y tienen como referencia
indiscutible a Aristóteles, quien con la fecundidad de su pensamiento impulsó
dos líneas que, a lo largo de los siglos, se han ido configurando como dos
perspectivas definidas y en tensión constante, aunque, en la actualidad, con un
intento de acercamiento: las perspectivas retóricas (Retórica, La Nueva
Retórica) y las perspectivas dialécticas (Tópicos y Refutaciones Sofísticas).
La perspectiva
retórica (Perelman y Olbrechts-Tyteca, 1958) Considera la argumentación como
una operación discursiva, a través de la cual un sujeto trata de provocar la
adhesión de otro a una tesis u opinión, a través de razones
La perspectiva
pragma-dialéctica (Van Eemeren et al., 2002, 2006) Concibe la argumentación
como una discusión crítica, cuyo propósito es contribuir a la resolución de una
diferencia de opinión. En este caso, se focaliza la atención en la interacción
de interlocutores que buscan resolver un desacuerdo.
En relación con estos
enfoques, los estudios más recientes ponen de manifiesto cuatro cuestiones
importantes para el avance de las teorizaciones:
• El intento de
acercamiento entre perspectivas retóricas y dialécticas.
E l énfasis en la
consideración de la argumentación desde una perspectiva interaccional.
• La necesidad de dar
cuenta de los factores emocionales, inherentes de la discusión argumentativa.
• La conveniencia de
articular los estudios de argumentación con las diferentes líneas de análisis
del discurso.
PERSPECTIVA RETÓRICA
Una argumentación
basada en el razonamiento, como en el caso de la argumentación científica, en
la cual las diversas tesis y argumentos que las apoyan son planteados
abiertamente por el argumentador para convencer a los destinatarios. Una
argumentación persuasiva, que se da por ejemplo, en los avisos publicitarios,
en la propaganda política y en el discurso político en general, en los cuales
no se discuten abiertamente puntos de vista diversos ni se recurre al
razonamiento formal. Para que exista argumentación, tiene que existir un campo
problemático o un tema respecto del cual se dan puntos de vista diferentes, o
por lo menos dos tesis antagónicas.
P E R S P E C T IV A P
R A G M A - D IA L É C T IC A
Si bien la
Pragma-dialéctica (Van Eemeren et al., 2002, 2006) adhiere a buena parte de
esta conceptualización de la argumentación, centra su atención en el aspecto
dialógico, en la medida en que la considera básicamente como una discusión
crítica cuyo propósito es contribuir a la resolución de una diferencia de
opinión o una disputa. Partiendo de que la argumentación cotidiana está
atravesada por múltiples factores subjetivos, uno de los objetivos de este
planteamiento es desarrollar las herramientas para determinar en qué grado una
argumentación está de acuerdo con las normas de una discusión razonable.
Como conclusión
general de las diversas perspectivas -filosóficas, psicológicas, pedagógicas,
lingüísticas- que se han abocado al estudio de la argumentación aunque con distintas
denominaciones (pensamiento crítico, discusión crítica, razón dialógica, etc.),
podemos destacar la importancia de la superación de conceptualizaciones
centradas en un sujeto que intenta imponer su postura ante un hecho discutible,
en favor de la consideración de una dimensión intersubjetiva que pone el acento
en la negociación de puntos de vista, puesto que lo que se prioriza no son las
estrategias más eficaces para lograr la adhesión a una postura, sino la
resolución de un problema que se entiende como compartido.
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